Remolacha bio

Detalles interesantes

La remolacha pertenece a la familia de las Amaranthaceae y está estrechamente relacionada con la espinaca, la acelga y la remolacha azucarera. Tiene su origen en el Mediterráneo y es conocida como planta medicinal y hortaliza desde hace más de 2000 años. Así, llegó con los romanos al centro y al norte de Europa. La forma silvestre o antepasado de la remolacha es la acelga marina o acelga bravía.

 

En los siglos XIX y XX, la acelga marina dio lugar a una variedad de color rojo uniforme, comúnmente conocida como remolacha, a la que también se la conoce como betabel. Además, hay variedades blancas y amarillas que, junto con ella, son un auténtico placer visual.

 

La remolacha tiene un sabor ligeramente dulce y un poco terroso. Su jugo rojo tiene un color tan intenso que se utiliza mucho como colorante natural en la industria alimentaria. Este colorante se conoce como «rojo de remolacha» y se encuentra en una gran variedad de alimentos y productos cosméticos.

La remolacha bio crece en los campos de Winsen/Luhe y Bardowick (Baja Sajonia), cerca del río Elba, ya que prefiere un clima oceánico más templado. Además, es muy importante contar con una buena distribución del agua en el suelo.

 

La remolacha bio se cosecha en septiembre y octubre antes de la primera helada. Para ello, se utiliza una cosechadora especial que extrae las hortalizas de la tierra con cuidado.

Para la mayoría de las recetas, la remolacha se hierve en agua con sal antes de prepararla. Con un tenedor se puede comprobar si ya está lo suficientemente blanda. A continuación, saca la remolacha del agua y pélala como una patata cocida. Gracias a la cocción, es más fácil retirar la piel que cuando está cruda, lo que conserva los valiosos nutrientes que se perderían al cocinar sin la piel. Pero ten cuidado y ponte guantes desechables antes de pelarla, ya que mancha mucho.

 

La remolacha bio es versatilidad pura: se puede comer cruda rallándola en una ensalada, cortada en rodajas finas como carpaccio o hervida como guarnición de verduras o sopas.

Al comprarla, asegúrate de que esté abultada y con la piel intacta. Además de la remolacha fresca, también ofrecemos la variante ya cocida y cortada en dados.

 

En casa, puedes guardar la remolacha bio fresca en el compartimento de verduras del frigorífico durante una semana. Si quieres conservarla más tiempo, puedes hervirla, pelarla y congelarla cortada en trozos.

 

 

Tarta de remolacha y pera
Verfügbarkeit
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País de origen
Alemania
España
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