El hinojo es una planta perenne perteneciente a la familia de las apiáceas, de la que también forman parte otras muy conocidas como la zanahoria, el perejil o el apio. El hinojo silvestre es su forma original, procedente de Oriente Próximo y de la región mediterránea, y ya era conocido en la antigüedad como condimento y planta medicinal.

El hinojo fue elegido la planta medicinal del año en 2009, lo cual no es de extrañar, porque incluso Hipócrates, el médico más famoso de la antigüedad, lo recomendaba. En su caso, se distinguen tres variedades: el hinojo silvestre, el hinojo común y el hinojo dulce. El hinojo silvestre, también conocido como hinojo amargo, es una variedad silvestre que los romanos ya utilizaban en la antigüedad como planta medicinal. Su aceite esencial contiene una cantidad mucho mayor de la sustancia amarga «fenchona», de ahí el nombre de hinojo amargo. En el caso del hinojo común, las semillas sirven como especia o se preparan en tés. No forma un gran tubérculo, pero tiene un crecimiento muy fino.  Del hinojo dulce se come el bulbo abultado, de ahí que reciba el nombre en alemán de «Knollenfenchel» (hinojo bulboso). Esta denominación se ha hecho popular en el lenguaje coloquial, aunque no sea del todo correcta desde el punto de vista botánico, ya que el hinojo dulce no tiene en realidad un bulbo, sino una cebolla en forma de bulbo. Nosotros cultivamos el hinojo dulce.

En esta variedad, el bulbo es de color blanco a verde claro y tiene una estructura en capas similar a una cebolla. En la parte superior, el bulbo desemboca en tallos de color verde intenso. El hinojo, tanto crudo como cocido, tiene un extraordinario sabor especiado y anisado.