Los canónigos crecen casi a las puertas de Hamburgo en los campos de Reinbek (Schleswig-Holstein), que tienen suelos ligeros, y en los campos de Bornheim (Renania del Norte-Westfalia), que se encuentran cerca del Rin. Aquí, pueden crecer lentamente y formar sus hojas tiernas y el sabor a nuez.

Para nosotros, los canónigos son un cultivo de siembra puro, donde el suelo se prepara bien y luego se siembran las semillas directamente en el campo.

Cuando compres canónigos, asegúrate de que las hojas tengan un precioso color verde oscuro y que no haya hojas mustias o amarillentas. Los canónigos cuentan con hojas muy tiernas y finas, por lo que deben prepararse lo antes posible después de comprarlos.

Estos se «limpian» antes de su preparación, lo que significa, entre otras cosas, cortar las raíces finas. Hay que tener cuidado de que las hojas se mantengan unidas en los extremos. De este modo, se mantiene el volumen y se evita que las hojas se peguen entre sí. A continuación, se lavan bien y se secan con un escurridor. Si no tienes un escurridor de lechuga en casa, puedes ponerlos sobre un paño de cocina limpio, sujetar los extremos y hacerlos girar fuerte de un lado a otro.

Los canónigos se utilizan principalmente como ingrediente en ensaladas y se pueden comer solos o mezclados con otras lechugas. También saben muy bien tanto con aliños dulces y afrutados como con aliños cremosos. Una forma increíble y muy sabrosa de usarlos es preparar un pesto de canónigos, aunque un batido verde con ellos también sabe estupendamente. En la sección «Recetas» encontrarás recetas increíbles para casi todos nuestros productos. ¡Vale la pena echarle un vistazo!