Col de Bruselas

Detalles interesantes

Las coles de Bruselas pertenecen a la familia de las crucíferas y son originarias de la región de Bruselas. Desde allí se extendieron a Francia a principios del siglo XIX y más tarde a Alemania.

 

Debido a su origen, se denominan «coles de Bruselas». En un tronco frondoso se forman pequeños repollos muy compactos, próximos entre sí y en disposición ascendente en las axilas de las hojas. Están bien cerrados y parecen cabezas de col en miniatura.

 

No hay duda de que la col de Bruselas es una de las variedades de col autóctonas más populares. Se cosecha de septiembre a marzo y sabe mejor si la planta ha estado expuesta a heladas o temperaturas muy bajas antes de la cosecha. En ese caso, el almidón se convierte en azúcar, lo que hace que la col de Bruselas tenga un sabor mucho más suave y aromático.

Las coles de Bruselas crecen en campos situados cerca de la costa báltica de Mecklemburgo (Mecklemburgo-Pomerania Occidental). Este lugar de cultivo es perfecto para esta variedad, ya que le encanta el clima oceánico y este suelo ofrece las condiciones ideales para su crecimiento.

Antes de preparar las coles de Bruselas, quita las hojas exteriores, lava brevemente los floretes y acorta el tallo. Para que se cocinen de manera uniforme, también se puede cortar el tallo transversalmente. A continuación, hierve los floretes en agua con sal. Si quieres que conserven su color verde después de hervirlas, puedes enfriarlas en agua helada durante unos segundos.

 

Las coles de Bruselas son una verdura muy versátil. Se pueden servir hervidas con una salsa como guarnición de verduras para carne y pescado. Van muy bien en guisos sustanciosos y saben estupendamente gratinadas o en una quiche. Sin embargo, las coles de Bruselas también se pueden comer crudas. Como cuesta más digerirlas cuando están crudas, se deben picar lo más finas posible, por ejemplo, como ingrediente en un batido.

 

Al comprar las coles de Bruselas, asegúrate de que sean uniformes y estén intactas y bien cerradas. En el compartimento de verduras del frigorífico se pueden guardar durante un par de días. Además, procura no dejarlas cerca de frutas o verduras que emitan etileno, como manzanas y tomates, ya que son sensibles a él y se estropean más rápido.

Verfügbarkeit
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País de origen
Alemania
España
otros países