La endivia pertenece a la familia de las Compositae y está estrechamente relacionada con la achicoria y la escarola. Originalmente procede de Europa, donde se cultiva desde hace siglos.

La producción de endivia se realiza en dos etapas separadas. Primero se cultivan las raíces en el campo y luego se lleva a cabo el forzado de estas raíces en la oscuridad para obtener de ellas los brotes propiamente dichos o endivias. Esto hace que el cultivo de la endivia sea muy diferente del de otros tipos de hortalizas o lechugas.

A partir de mediados de mayo, las semillas de endivia se siembran en el campo. Hasta el otoño, crece una planta que forma una raíz pivotante de hasta 1 m de largo. El follaje se corta en el momento de la cosecha y solo se arrancan las raíces. Hasta su uso posterior, las raíces se almacenan a -2° C. En función de la demanda, las raíces almacenadas se descongelan y se llevan a una sala de forzado. Allí se colocan en cajones de forzado especiales, equipados con entrada y rebosadero para la solución nutritiva. Los cajones de forzado se pueden apilar uno encima de otro y la solución nutritiva puede suministrar uniformemente los nutrientes necesarios a todas las cajas de forzado. La temperatura y la composición de la solución nutritiva se controlan continuamente y se pueden adaptar a las necesidades exactas del brote de endivia. El forzado se realiza en total oscuridad para evitar que la endivia germinada se ponga verde y ya no se pueda comercializar. Después de unas tres semanas, la endivia ya está lista para la cosecha. Las raíces se cosechan manualmente con los brotes y, a continuación, se separa el brote de la raíz. La endivia ya está lista para su envasado y transporte. Gracias al forzado, el cultivo puede realizarse independientemente de las condiciones externas, por lo que la endivia está disponible para su comercialización durante todo el año.

La endivia se caracteriza por sus hojas crujientes y su característico sabor ligeramente amargo. Las puntas de las hojas son más delicadas y menos amargas que las partes de las hojas que están cerca del tallo. Como la endivia crece en la oscuridad, sus hojas son blancas como la nieve, solo las puntas de los brotes y los bordes laterales de las hojas son amarillentos.