Nabo forrajero

Detalles interesantes

El nabo forrajero pertenece a la familia de las crucíferas y es fruto del cruce del kale ruso y la colza. Llegó a Alemania desde Escandinavia en el siglo XVII, pero se desconoce su origen exacto.

 

El nabo forrajero, también llamado «nabo sueco», experimentó su gran auge en Alemania como alimento básico en el llamado invierno de los nabos, durante la Primera Guerra Mundial en 1916/1917. Debido a la mala cosecha de las patatas en 1916, se utilizó en su lugar el nabo forrajero como ingrediente en casi todos los platos. Incluso se publicaron libros de cocina sobre él. Además de mermeladas, guisos y sopas, también se preparaba café con esta variedad.

 

Los nabos forrajeros tienen una forma casi redonda y un color marrón blanquecino que incluso cambia a morado. Su pulpa es tierna y amarillenta, con un sabor dulce y un poco parecido a la col. Cuando se consume crudo, por ejemplo, como palitos de verduras, se asemeja a un colinabo muy crujiente, pero no tan jugoso.

El nabo forrajero crece en los campos de Winsen (Baja Sajonia), cerca del río Elba. Prefiere un clima equilibrado y más fresco, por lo que nuestra instalación en el norte de Alemania es ideal. También crece muy bien en suelos ricos en humus y arcillosos con suficiente humedad.

 

Desde la siembra hasta la cosecha, solo transcurren 3 meses. Debido a su baja resistencia a las heladas, los nabos forrajeros se cosechan en otoño y se almacenan durante el invierno. La cosecha del nabo forrajero sigue siendo un trabajo muy manual, ya que el bulbo debe sacarse del suelo intacto y quitarse las partes verdes.

El nabo forrajero se debe pelar primero y después se puede trocear al tamaño que quieras, dependiendo del tipo de preparación. Aunque es una hortaliza bastante discreta, resulta ser un auténtico todoterreno en la cocina. Por ejemplo, se puede añadir cruda rallándola en una ensalada o se puede servir cortada en dados y asada como guarnición en platos de pescado o carne. También tiene un sabor excelente en purés, guisos o el típico estofado de nabo forrajero del norte de Alemania. Los nabos forrajeros se pueden freír como las patatas fritas o saltearse. Si los cortas en rodajas finas, los empanas y los fríes, son la alternativa vegetariana perfecta a un escalope.

 

Al comprarlo, asegúrate de que esté bien firme y abultado y que la piel esté intacta y no tenga manchas oscuras. Se puede guardar sin problema en el compartimento de verduras del frigorífico durante unos días.

Estofado de nabicol
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País de origen
Alemania
España
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