El rábano negro se siembra directamente en el suelo en julio y agosto. Prefiere un suelo muy ligero y rico en humus con una distribución equilibrada de agua. Si sus condiciones de crecimiento son demasiado secas y con mucho calor, el rábano se vuelve peludo y desagradablemente picante por dentro. Por ello, los suelos suaves del norte de Alemania, junto con su clima equilibrado, ofrecen las mejores condiciones para su cultivo.

El rábano negro no resiste demasiado bien las heladas, por lo que debe cosecharse antes de que comiencen. Sin embargo, se puede almacenar bien y está disponible fresco y de buena calidad durante todo el invierno. Esta característica estacional le ha valido al rábano negro el nombre de rábano de invierno.

El rábano negro es mucho más fuerte que su contraparte blanca, por lo que rara vez se usa crudo en la cocina. Sin embargo, si se ralla finito y se espolvorea con sal, pierde un poco de sabor picante y sirve como ensalada cruda.

También se puede utilizar en sopas, purés y guisos si se cocina. Además, en la medicina natural, el rábano es una planta medicinal muy popular y se suele usar para hacer jarabe para la tos.

Como consejo, la recomendación de elaborar un jarabe eficaz para la tos a partir del rábano también se debe a su efecto curativo conocido desde hace mucho tiempo. Así, ahueca su interior y haz pequeños agujeros en la parte inferior. Mezcla la pulpa de rábano rallada con azúcar (o miel) y devuélvela a la raíz ahuecada. El jugo que sale se puede usar como jarabe para la tos.