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Raíz de perejil

La raíz de perejil es originaria de la región mediterránea y ya era conocida en la antigüedad como planta medicinal y condimento. Las raíces de perejil pertenecen a la familia de las apiáceas, que también incluye otras hortalizas y hierbas como el hinojo, el eneldo, la zanahoria y el apio. Están estrechamente relacionadas con el perejil y se cultivan en Europa desde hace siglos.

Visualmente, la raíz de perejil se suele confundir con la chirivía, ya que ambas raíces de color crema tienen una forma similar y la pulpa blanca. Sin embargo, se puede ver que la chirivía tiene una cabeza más gruesa y que la base del tallo se mete hacia dentro, mientras que en la raíz de perejil, la cabeza es más estrecha y la base del tallo se curva hacia fuera. También hay una gran diferencia en su olor: la raíz de perejil huele a perejil, como su nombre indica, y la chirivía se asemeja al olor de la zanahoria.

Las raíces de perejil tienen un sabor picante con una nota ligeramente dulce y un toque de apionabo y perejil. Su raíz carnosa mide unos 20 cm de largo y la piel es ligeramente amarillenta. Sin embargo, la pulpa es de color blanco puro.

Cultivo y cosecha

Las raíces de perejil crecen en los campos de Bardowick (Baja Sajonia), cerca del río Elba.

Prefieren un clima más oceánico y se desarrollan perfectamente en suelos profundos y sin piedras, lo que permite que la raíz crezca recta hacia abajo. También deben contar con una distribución equilibrada del agua. Por todo ello, la zona de cultivo cerca del río Elba es ideal.

Para nosotros, las raíces de perejil son un cultivo de siembra puro. En primavera, el suelo está bien preparado y las semillas se siembran directamente en el campo en abril, y a finales del verano se pueden cosechar.

Consejos de preparación y conservación

Las raíces de perejil se pueden usar crudas o cocidas. Sin embargo, antes de prepararlas, debes lavarlas, pelarlas y, a continuación, cortarlas en trozos o rodajas a tu gusto en función del tipo de preparación.

Las raíces de perejil se pueden usar de muchas maneras. Aportan un toque aromático a los platos y son una buena alternativa a hortalizas de raíz como la zanahoria o el apio. Además, son perfectas para sopas, guisos, gratinados, purés o como guarnición en platos de carne y pescado.